A pesar de que normalmente iniciamos alrededor de junio nuestra campaña anual de reforestación, comenzamos a trabajar en ella con bastante anticipación. Estos trabajos previos comprenden en primer lugar  la selección del lugar a reforestar.  Posteriormente se contacta al propietario, ya sea particular o ejidatario.
La finalidad de contactar al propietario, es  obviamente, pedir su autorización para reforestar  el predio. Y en segundo lugar, para pedirle su cooperación en el cuidado de las plantas una vez sembradas, ya que por experiencias anteriores, hemos visto que el arduo trabajo de sembrado, puede venirse abajo si permiten el pastoreo de cabras principalmente.
Una vez obtenido el permiso y apoyo, investigamos el tipo de árboles apropiados para ese lugar en particular. Tomamos en cuenta altura SNM, precipitación anual  y tipo de suelo principalmente. Posteriormente se hace la adquisición de las plantas y un mes antes de iniciar la siembra, se lanza la convocatoria para reclutar voluntarios.
El premio a tan ardua labor – pues termina uno totalmente agotado al final del día – es cuando unos  años después, al pasar frente a los lugares y cerros reforestados, podamos señalar con orgullo : “ Ve hijo, ese hermoso bosquecillo es el que tú y yo sembramos”.