El COVID-19 ha hecho que cambie la forma en la que nos relacionamos, trabajamos y nos movemos, e incluso la forma en la que consumimos. Y el vino ha tenido cambios aún con su característica de acompañante en reuniones. ¿Cuáles fueron los cambios en las tendencias durante los últimos meses? Aquí te mencionaremos algunos de ellos.

De acuerdo con el IWSR, en los primeros meses en Europa y América se incrementó el consumo de vinos tranquilos, mientras que se redujo la compra de aquellos relacionados con fiestas y celebraciones, como los espumosos (champagne) y fortificados. Los segmentos que bebían fuera de casa como los jóvenes, fueron los que terminaron liderando el consumo en el hogar, creando nuevas formas de convivencia como las reuniones online con amigos o familiares mediante videollamadas. El canal más beneficiado por estas acciones fue el online, donde las tiendas que dependían de la venta física tuvieron que adaptarse para vender productos como estos.

Aunque seguimos enfrentando restricciones en esta situación, hay tendencias que seguirán reinando en estos tiempo y podrían quedarse:

• Nuevos momentos de consumo: Ocasiones como la copa de vino al acabar el día o durante una “comida online” en el hogar pueden mantener su vigencia, dado que de momento la socialización sigue siendo parte importante de nuestras vidas.
• El comercio online: Su importancia se mantiene, a pesar de que una parte de los consumidores “digitales” pudiera volver a la compra en tiendas físicas Las marcas mantienen su peso (64%) como uno de los principales criterios de compra para los usuarios digitales, porque facilita la toma de decisiones a un consumidor saturado por preocupaciones e incertidumbres.

Esperamos que el 2021 sea un año en donde la recuperación del mercado del vino llegue de forma progresiva para beneficio de las miles de familias que dependen de esta gran tradición vitivinícola.

Prissa - Vinos y Licores